A mediados del siglo XX, el modelo del carbón ya estaba agotado. En España, por ejemplo, ya no quedan minas de carbón cuya explotación sea rentable. Doscientos años y una conclusión: la producción en masa conlleva el agotamiento de los recursos energéticos en los que se basa: los combustibles fósiles.
Hace unos diez o quince años que se habla del cambio climático, y unos treinta o cuarenta desde que se empieza a plantear el fin de las reservas petrolíferas mundiales. La geopolítica, las guerras contemporáneas, incluso las confrontaciones religiosas tienen un trasfondo que huele a petróleo.
Podría parecernos exagerado si no analizamos con detalle las limitaciones obvias del modelo. Solo en EEUU, con 300 millones de habitantes, hay aproximadamente 230 millones de coches. Y China e India, que conjuntamente suman 2.400 millones de habitantes, son los países donde el mercado de automoción crece más en el mundo. Actualmente, se venden unos 15 millones de coches al año... y acaban de descubrirlos. Y eso que según estimaciones los coches suponen un 40% del consumo energético: la industria alimentaria, el transporte no individual, la generación de electricidad, etc son otros sectores dependientes del oro negro.
En definitiva, en próximas entradas quiero hacer mi propio cálculo. ¿cuánto petróleo queda por extraer? ¿para cuánto tiempo? ¿podrá la tecnología superar este modelo ya agotado, como aseguran algunos estudios? ¿veremos un cambio en equilibrio de poderes mundial debido al petróleo?
Algunas posibles respuestas: nuevos pozos petrolíferos inacabables bajo los hielos polares, el desarrollo de la nanotecnología como solución definitiva al eterno problema de los recursos limitados... o simplemente algunas alternativas más realistas a medio plazo. ¿cómo llamaremos dentro de dos siglos a la revolución que estamos empezando a vivir?