martes, 18 de marzo de 2008

Dependencia energética

La revolución Industrial supuso el principio de un nuevo modelo de producción a nivel mundial. Con el paso del tiempo, podemos concluir que esos años nos regalaron dos aspectos de la sociedad nuevos: urbanismo y dependencia energética.

Más de dos siglos después, parece claro que el inicio del actual consumismo empezó aquellos días. Mantener el ciclo de creación de riqueza supone producir masivamente, vender toda la producción y seguir produciendo. Las industrias de hoy en día hace años que nos intentan convencer de conceptos como producción bajo pedido, control de existencias, reciclaje y reutilización etc. Pero poco ha cambiado: para que el modelo se sustente hay que fabricar, y fabricar mucho. La llamada tercera revolución industrial, la de la información, se ha encargado de cerrar el círculo: el marketing se inventa nuevas necesidades, la globalización descubre nuevos mercados, los productos tienen cada vez una menor vida útil...

En el S. XVIII la máquina de vapor fue el factor innovador que hizo posible la aparición de la sociedad tal y como la conocemos hoy en día. El nuevo invento permitió crear factorías con producción en cadena... a costa de consumir ingentes cantidades de carbón.

A mediados del siglo XX, el modelo del carbón ya estaba agotado. En España, por ejemplo, ya no quedan minas de carbón cuya explotación sea rentable. Doscientos años y una conclusión: la producción en masa conlleva el agotamiento de los recursos energéticos en los que se basa: los combustibles fósiles.

Hace unos diez o quince años que se habla del cambio climático, y unos treinta o cuarenta desde que se empieza a plantear el fin de las reservas petrolíferas mundiales. La geopolítica, las guerras contemporáneas, incluso las confrontaciones religiosas tienen un trasfondo que huele a petróleo.

Podría parecernos exagerado si no analizamos con detalle las limitaciones obvias del modelo. Solo en EEUU, con 300 millones de habitantes, hay aproximadamente 230 millones de coches. Y China e India, que conjuntamente suman 2.400 millones de habitantes, son los países donde el mercado de automoción crece más en el mundo. Actualmente, se venden unos 15 millones de coches al año... y acaban de descubrirlos. Y eso que según estimaciones los coches suponen un 40% del consumo energético: la industria alimentaria, el transporte no individual, la generación de electricidad, etc son otros sectores dependientes del oro negro.

En definitiva, en próximas entradas quiero hacer mi propio cálculo. ¿cuánto petróleo queda por extraer? ¿para cuánto tiempo? ¿podrá la tecnología superar este modelo ya agotado, como aseguran algunos estudios? ¿veremos un cambio en equilibrio de poderes mundial debido al petróleo?

Algunas posibles respuestas: nuevos pozos petrolíferos inacabables bajo los hielos polares, el desarrollo de la nanotecnología como solución definitiva al eterno problema de los recursos limitados... o simplemente algunas alternativas más realistas a medio plazo. ¿cómo llamaremos dentro de dos siglos a la revolución que estamos empezando a vivir?