lunes, 17 de diciembre de 2007

El cambio climático

Hoy en día uno de los temas que más preocupa, al que más tiempo dedican televisiones, telediarios y tertulias es el cambio climático. Mucho tiene que interesar, cuando hasta los poíticos usan el término para parecer mejores que su adversario.

Independientemente de lo que el primo de Rajoy o yo mismo opinemos, lo interesante a mi modo de ver es aprovechar la ocasión para entender un poco del funcionamiento de nuestro planeta.

Parece ser que una vez que los atentados terroristas, el hambre en el mundo, los muertos en la carretera o los vaivenes del EURIBOR han dejado de impactar, un nuevo filón de catástrofes naturales y pseudocataclismos a corto plazo son el plato perfecto para servir entre pausa y pausa publicitaria.

Dejemos de lado películas alarmistas, conclusiones precipitadas y premios nobel mediáticos. Una cosa hay que tener clara: el comportamiento humano a partir de la revolución industrial de finales del S.XVIII han modificado los equilibrios naturales del planeta. Nuestro sistema de progreso como especie no es sostenible; es un simple concepto económico: necesidades ilimitadas y recursos limitados.

La sensación que hemos asimilado es la siguiente: emitimos gases a la atmósfera, calentamos el planeta. Pero, ¿cuáles son las causas del desequilibrio? ¿realmente estamos acelerando algún proceso irreversible de destrucción? ¿o de nuevo es una visión miope, el ser humano se cree más importante que las propias leyes naturales?

En próximos posts descubriremos qué leyes naturales equilibran la tierra, qué efectos puede tener la deforestación o la desaparición de especies animales o vegetales, qué intereses económicos se esconden tras el apocalipsis que nos anuncian, y otras muchas cosas. Aunque sólo será una triste aproximación, porque como ya dijo el filósofo y matemático René Descartes : "Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro"

Imagen satélite de la deforestación en la selva amazónica