lunes, 12 de noviembre de 2007

Sincronía Universal. El fin de una era.

¿Cómo puede interesar hoy en día las impresiones que una civilización ya desaparecida tenía sobre la organización del tiempo y los calendarios?

Desde que el hombre es hombre, nos preguntamos quienes somos y de donde venimos. La filosofía generaba esas cuestiones, y desde hace miles de años diferentes culturas, disciplinas científicas, religiones, sectas y hasta ideales políticos han dado su versión particular a estas preguntas elementales.
Nuestra tecnología y los conocimientos del cosmos aportaron desde el siglo pasado revolucionarias explicaciones que hoy en día nadie cuestiona: el universo se creó a partir de un suceso inicial, una expansión del espacio mismo que desplaza desde entonces la materia universal. Como un globo que se infla cada vez más, el universo va expandiéndose. Tan sencillo como inimaginable.

Incontables teorías, leyendas, supersticiones y creencias insisten en expresar el universo mismo como una maquinaria sincronizada, con ciclos que se repiten en cada una de las escalas. Del mismo modo que una célula de divide una y otra vez hasta formar un organismo, una estrella crece y crece hasta su propia extinción. "La materia ni se crea ni se destruye: se modifica" Todos hemos oído esa frase, o ésta otra "Polvo somos y en polvo nos convertiremos". Son sólo dos guiños a la idea de sincronía universal que los Mayas intentaron descifrar mediante su calendario.

En nuestra sociedad actual, donde todo se banaliza, cuestiones como el horóscopo y la videncia vía SMS nos han desviado la atención de este fenómeno natural (yo diría que EL fenómeno natural). A la vez, el tiempo como concepto que nos esclaviza también nos separa de éstas fuerzas universales inexplicables por inabarcables.

La importancia del calendario Maya radica en eso, en que es una representación de esa sincronía como ellos la entendían. Lo verdaderamente sorprendente es que con sus limitados medios llegaran a conclusiones tan escalofriantes. Veamos:
Hemos visto como los Mayas describían las fechas en la llamada cuenta larga, combinando ésta con la fecha del Tzlokin y del Haab. Decir "13 de Enero de 1.986" no tenía sentido para ellos. El calendario marcaba "el día a día" sagrado y civil con el Tzolkin y el Haab. Estos dos calendarios se combinan entre sí, como dos ruedas calendáricas que avanzan. Las combinaciones posibles son 18.980 días, que son exactamente 52 años. Este es un primer ciclo importante para los Mayas, que coincidía con cambios sagrados y políticos. Así, cualquier fecha concreta se decía como coincidencia de esos dos calendarios.

En la imagen superior puede verse el Tzlokin, que se compone de la rueda pequeña con los 13 tonos (rueda interior) y los 20 glifos (rueda exterior) que reultan 260 posiciones. A medida que la rueda del Tzlokin "gira", también lo hace la mayor (margen izquierdo), que corresponde al Haab, con los 365 días. Si continuamos el giro, la misma posición sólo se repite cada 18.980 posiciones (52 años)

Esto a mí ya me parece impresionante. Pero era necesario representar fechas mucho más grandes, lo que consiguieron con la cuenta larga. Como hemos visto, es una secuencia con cinco posiciones, cada una de las cuales (de derecha a izquierda) marca un determinado nº de días, del siguiente modo:

1 Kin = un día

1 Uinal = 20 días

1 Tun = 360 días (18 uinales)

1 Katun = 7.200 días (20 tunes)

1 Baktun= 144.000 días (20 Katunes)

Esta es la forma en que agrupaban la cuenta larga. Fijaros que sigue el sistema numérico vigesimal que os comenté, excepto en los tunes (un tun son 18 uinales y no 20¿?). ¿se equivocaban?. Al contrario, es un ajuste matemático casi perfecto para ajustar la cuenta larga a la duración del año solar, de 365,25 días en el ciclo de 52 años de la rueda!!

Al final, la cuenta larga es una fórmula aritmética sencilla, que nos da un número de días. Pero, ¿qué referencia seguir para saber qué significa ese número resultante?

Si hoy en día hay estudiosos del calendario Maya, si he decidido empezar este blog, seguramente es gracias en gran parte al códice de Dresden.

http://es.wikipedia.org/wiki/Códice_maya

Este códice fue oculto por escribanos mayas al empezar la conquista española, y se salvó de la quema sistemática de otros valiosísimos documentos en el saqueo que nuestros antepasados llevaron a cabo hace más de 500 años. La importancia de éste códice radica en que gracias a él se pudo establecer un código de transcripción a nuestro calendario. Además, ayudó a fijar la "fecha cero" o momento de creación para los Mayas. Esa fecha es 13.0.0.0.0. 4 Ahau 8 Cumkú.

Gracias a éste códice y a estudios posteriores pudo "traducirse" esa fecha como 13 de Agosto de 3.113 A.C. El calendario Maya renacía a nuestro entendimiento.

Así, mi fecha de nacimiento 12 (baktunes).18 (katunes).1 (tunes).6 (uinal).12 (kines), en la cuenta larga, representan 1.858.094 días desde la fecha Maya de la creación. Si dividimos 1.858.094 días / 365,25 = 5.087 años - 3.113 = 1.974 DC . Añadiendo a ese nº de Kines la combinación de la rueda calendárica Tlzolkin/Haab 8 Ix 7 Ceh obtendríamos el día concreto ("nuestro" 27 de Noviembre). Os animo a realizar el ejercicio con el link que os pasé en el post anterior, ahora que ya conocemos más "secretos" del calendario Maya...

Hasta aquí os he expuesto lo que es necesario entender del calendario Maya para comprender lo que de verdad es el hecho impresionante, la auténtica sincronización de este calendario con el cosmos. Si tomamos todo lo que os he mostrado de los cálculos del calendario como un mero pasatiempo, pues a lo mejor habrá sido divertido. Pero profundizaremos, ya que está probado que este sistema calendárico cuenta larga/Tzlokin/Haab tiene inquietantes coincidencias con hechos pasados y ¿futuros?. Muchos estudios se preguntan, con razón, qué sentido tiene construir un sistema de calendario tan complejo, a no ser que "esconda" algo más profundo. La verdad es que los Mayas, tomando la fecha 13.0.0.0.0 como partida (tener en cuenta que las primeras nociones de civilización Maya son de 2.500 AC), se preocuparon de crear un calendario que llega hasta nuestros días. ¿confiaban en que su civilización prevalecería para siempre, o querían dejar una guía para el futuro?

Los Mayas sincronizaron los ciclos de su calendario con la naturaleza. Un ciclo lunar, un ciclo solar. Un ciclo de Tzolkin/Haab, de 52 años. Un ciclo de 13 Katunes (13, número sagrado), que son 256 años. Y un ciclo de 13 baktunes, la mayor de las escalas de la cuenta larga... era en si mismo el fin de una era, una "vuelta de tuerca" más en la espiral cósmica infinita, que podría significar la desaparición del hombre tal y como lo conocemos...

Si el primer baktún se inició, como sabemos, en el 3113 a.C. (13.0.0.0.0), siendo cada baktún un período de 144.000 días y 13 baktunes 1.872.000 días, es decir, 5125 años, tan sólo hay que hacer una simple resta para ver que los Mayas nos dicen que algo realmente importante se prepara en nuestro universo... el próximo 2.012 de nuestra era, dentro de poco más de cinco años.