lunes, 15 de octubre de 2007

EL CALENDARIO MAYA (I). Tzolkin y Haab

De todos los calendarios antiguos, los mesoamericanos son los más impactantes. Entre ellos, está el calendario Maya. Poco se sabe de la cultura Maya desde que la Iglesia española los considerara paganos que merecían la hoguera si no "accedían" a la verdad absoluta del imperio español.

Por ese motivo, hoy en día nos queda lo que arqueólogos, historiadores, antropólogos y, sobre todo, los descendientes de los indígenas antiguos, nos explican. Lo más impresionante es la obsesiva utilización de la observación del cosmos, y las conclusiones que se extraen de su forma de entender el tiempo. Los mayas crearon todo un sistema calendárico con casi 20 calendarios o guías diferentes, todos relacionados entre sí. Para ellos, la simple organización de días, meses, años, etc carece de sentido. El calendario Maya tiene calendarios civiles, sagrados, solares, lunares, de eclipses, de energía del cuerpo... Para ellos, el propio universo es el que marca las pautas, en ciclos universales que se repiten, que ellos interpretaron como oportunidades de ascensión espiritual. En lugar de un mecanismo de poder, el tiempo era(es) en si mismo un marcador energético, una guía que permitía conocernos.

Los Mayas utilizaban un sistema numérico vigesimal, del 0 al 19. Cada número era representado por un punto (del uno al cuatro), y el cinco por una barra horizontal.

Hay que destacar el conocimiento del cero, número básico para los cálculos matemáticos, que demuestra el desarrollo científico de la cultura maya (ya lo usaban en nuestro año 200AC, mientras culturas como la romana no lo descubrieron hasta adoptarlo de los árabes muchos siglos después). Además, para los Mayas el cero representaba un ciclo, el concepto de infinito, y por eso le representaban como puede verse en el cuadro anterior (como una concha marina)

El porqué de un sistema vigesimal ha dado pie a muchas teorías, pero a mí me gusta, por obvia y natural, la que explica que así era por ser la suma de dedos de manos y pies...

Por otro lado, el 13 era un número sagrado Maya (que ellos llamaban 12 + 1). En muchos templos Mayas existen 12 columnas y un altar, que representa la deidad. El doce representa al yo, que sumado al +1, nos une a la deidad, nos hace "evolucionar".

¿Casualidad? ¿Porqué 12+1 y no 7,5,2 ó cualquier otro? Mientras los Mayas hablaban de su 12+1, las enseñanzas Chinas más antiguas separaban el cuerpo (el yo), en doce meridianos energéticos, que representan el Ying y el Yang. De nuevo culturas separadas en tiempo y espacio coinciden sorprendentemente...

De entre todos lo calendarios Mayas, uno de los principales es el Tzolkin o calendario sagrado. Consta de un ciclo de 13 x 20, lo que resulta 260 días.

13 son los diferentes "tonos", que corresponden a su numeración antes explicada

20 es cada uno de los "glifos" (representación gráfica), que para los Mayas eran:

De ese modo, cada uno de los 260 días del calendario Tzolkin, llamados kin, es la combinación de tono y glifo, del modo 1 Imix, 2 Ik, 3 Akbal etc. hasta llegar al 13 Ben, y sigue 1 Ix, 2 Men y así sucesivamente hasta acabar con las 260 posibilidades.Más adelante seguiremos con esto.

El ciclo de 260 días es un ciclo natural. Corresponde con una gestación humana, coordina con los ciclos lunares y corresponde (combinado con otros calendarios), a ciclos de eclipses científicamente comprobados.

El Haab o calendario civil. La exactitud de los cálculos astronómicos Mayas se muestra en este segundo calendario, utilizado para medir los ciclos civiles. Los Mayas calcularon que un año solar tenía una duración de 365,242 días (las mediciones más actuales de la NASA lo cifran en 365,2422). Es un dato sorprendente, más teniendo en cuenta que los Mayas creían que la tierra era cuadrada y el centro del cielo.

También observaron detalladamente el planeta Venus (el único de nuestro sistema que puede verse a simple vista), llegando a la conclusión de que su revolución sinódica es de 584 días. La revolución sinódica es el intervalo de tiempo necesario para que un astro vuelva a tener una posición análoga con respecto al Sol y a la Tierra. Las últimas mediciones modernas, con costosa tecnología, fijan ese intervalo en 583,92 días...

Volviendo al Haab, los Mayas lo organizaron 18 intervalos (meses) de 20 kines (días) cada uno, más un último mes, el 19º, de cinco días, al que llamaron anónimos o fuera del tiempo (eran como los días "libres" civiles). La suma de días del Haab sumaba así 365 días.

Este es un ejemplo de cómo los Mayas consideraron el tiempo desde un punto de vista energético, cósmico, armónico con el universo. Ellos consideraron el tiempo como un modo de evolución, de ascensión. Albert Einstein, casi dos mil años después, dijo: "El tiempo es la cuarta dimensión"


sábado, 13 de octubre de 2007

TIEMPO

Está claro que el tiempo daría, por si mismo, para llenar más de un blog. El concepto de tiempo se podría abordar desde un punto de vista filosófico, científico, cultural-antropológico... Sin embargo, hoy en día el concepto de tiempo parace exclusivo de la forma de vida occidental. Ya no nos preguntamos sobre el significado del tiempo, lo único importante es la ausencia del mismo (algo que directamente define nuestra pseudocultura).

A mí me ha llamado la atención la utilización del tiempo como mecanismo de poder. Los enganchados al móvil ya no prestan atención a un instrumento que nos hace todavía más esclavos: EL RELOJ. Algo que empezó, me imagino, como un instrumento de medida (igual que la moneda) para marcar nuestra evolución, ha resultado ser una característica más que nos separa, un argumento añadido para la xenofobia y el miedo a la diferencia.

Lo importante del tiempo es la escala. Si te preocupan las ocho horas de tu jornada laboral, o los dos días del fin de semana, o el mes de vacaciones, o los años que llevas vividos o los que crees que te quedan... sólo contribuyes a aumentar el poder del tiempo, sólo contribuyes a la diferencia, al odio, en definitiva, a la guerra y a la destrucción. ¿Crees que exagero?

Cuando a finales de nuestro siglo pasado, los supersticiosos esperaban alguna hecatombe, los tarados se suicidaban en grupo y las consultorías de informática tenían una excusa más para facturar horas por un supuesto caos técnico que había de llegar, en otras partes del mundo (del mismo mundo), no sentían nada de ésto. Si eso no es poder...

Nos gusta tanto nuestro ombligo, nos han asustado tanto con lo de más allá de nuestras fronteras, que se nos "olvida" que, además de nuestro calendario (la agenda oficial impuesta), hoy en día siguen su propia rueda el calendario chino, el hebreo, el hindú, el musulmán y el persa. No hay que ser Sherlock para intuir que la religión (o la ausencia de ella), tiene mucho que ver en esto (aunque trataremos de eso más adelante).

Si por ahora creéis que el tiempo y la forma de imponérnoslo (calendario), no son instrumentos de poder, podríamos hablar de intentos fallidos de establecimientos de calendario: el republicano francés, el revolucionario soviético,...

Si los calendarios de hoy en día tienen todos una base religiosa y/o política, los calendarios "muertos", los de civilizaciones antiguas, eran mucho más "puros". Las diferentes civilizaciones antiguas buscaron respuestas a la organización del tiempo según su entorno más cercano. De la multitud de civilizaciones me quedo con dos: el calendario egipcio y los calendarios mesoamericanos. Los egicpios ajustaron su calendario a las idas y venidas del Nilo (de las que aprendieron para prosperar como pueblo). Y lo más impactante: ambas culturas centraron el calendario en la observación estelar, en la astronomía.
Si todavía no he conseguido interesaros: hay dos tipos de visiones antiguas del concepto de la medida del tiempo: la lineal y la cíclica. La mayoría de las religiones nos venden una versión lineal: algo que por definición tiene un inicio y un final. A lo largo de la historia ese "final" futuro ha resultado muy útil a los diferentes presentes. Sin irnos muy lejos de nuestra perspectiva, las teorías del milenarismo ("el milenarismo va a sheeeggaaaaar!"), que el Sr. Arrabal con su etílica sabiduría nos comunicaba a todos:

La visión cíclica, una vez más algo que nos han hecho olvidar de nuestros antiguos, es mucho más interesante y desinteresada: la observación del comos, del movimiento de los astros, de los ciclos lunares... todo indica que la naturaleza del universo mismo es un inmenso ciclo armónico al que hemos dejado de atender. Insitiré en este ultimo punto, en otra ocasión. Mientras tanto: ¿quién discute el efecto de la luna? ¿qué fuerzas empujan a las grandes migraciones animales? ¿cuántos factores externos estamos introduciendo en la superecuación cósmica, hasta romper su sintonía?

jueves, 11 de octubre de 2007

Bienvenida

Empieza la andadura de esta ventana que no sé muy bien qué vistas tiene, ni hacia donde mira. Sin objetivos y sin plazos, sin ambiciones concretas.
Es un camino, una guía, un recorrido que se inicia. Espero transmitir experiencias, reales, ficticias, que interesen.
Incorporar descubrimientos y curiosidades, que posiblemente ni sorprendan ni impresionen, que no enseñen...

Hasta Pronto a todos.