sábado, 22 de diciembre de 2007

Nivel del mar y glaciación

Hace 18.000 años la tierra vivía su última glaciación. Media Europa y Estados Unidos estaban cubiertos de hielos perpetuos, dónde la vida era imposible. El Hielo permitía atravesar el estrecho de bering, que separa Siberia de Alaska. El mar del Norte y el Báltico eran grandes extensiones heladas.


A finales del S. XX, la comunidad científica empezó a alertar sobre las consecuencias del llamado cambio climático, el aumento de la temperatura media derretía los polos y hacía aumentar el nivel del agua. Algunas costas de entre las más pobladas del planeta podrían acabar inundadas, haciendo retroceder la línea de costa. Millones de personas tendrían que desplazarse. Algunas islas paradisíacas simplemente desaparecerían.

Este es el mensaje que se nos ha grabado en la mente. Sin embargo, pocos saben que el aumento de temperatura será el que provoque la siguiente glaciación.
A medida que los hielos de los polos se van derritiendo, es innegable que la cantidad de agua total en los mares aumenta. Pero lo que hay que destacar es lo siguiente: a medida que la superficie helada global disminuye, dos efectos se aceleran: la menor salinidad del agua marina y el aumento de radición solar que recibe la superficie terrestre:

Salinidad del agua del Mar: la cantidad de sal que tiene el agua del mar influye en las corrientes mundiales. El actual sistema de conexión entre las diferentes corrientes parece que está cambiando. Una de las causas podría ser la modificación de los diferentes volúmenes de agua fría menos salada que influyen en los mares cálidos tropicales. Intentaré profundizar en estos efectos más adelante. La consecuencia más visible se ve en huracanes y tormentas, más impredicibles, destructivos y cambiantes que nunca.

Radiación Solar: imaginemos un día caluroso de Agosto, queremos dar un paseo, elegimos un chándal negro que nos acaban de regalar. Si hubiéramos elegido uno de color blanco, sudaríamos mucho menos. Los colores oscuros absorven las radiaciones, el blanco las repele. Este sencillo concepto de la radiación cromática explicaría cambios en la atmósfera y la subida de las temperaturas. Es un ingrediente más del círculo vicioso en el que estamos inmersos.

¿qué parte de culpa tiene la actividad humana? ¿dónde empezó esta escalada, este cambio en el frágil equilibrio planetario? ¿hay confirmación científica de lo que está pasando actualmente?

La respuesta es difícil, y las consecuencias impredecibles.

lunes, 17 de diciembre de 2007

El cambio climático

Hoy en día uno de los temas que más preocupa, al que más tiempo dedican televisiones, telediarios y tertulias es el cambio climático. Mucho tiene que interesar, cuando hasta los poíticos usan el término para parecer mejores que su adversario.

Independientemente de lo que el primo de Rajoy o yo mismo opinemos, lo interesante a mi modo de ver es aprovechar la ocasión para entender un poco del funcionamiento de nuestro planeta.

Parece ser que una vez que los atentados terroristas, el hambre en el mundo, los muertos en la carretera o los vaivenes del EURIBOR han dejado de impactar, un nuevo filón de catástrofes naturales y pseudocataclismos a corto plazo son el plato perfecto para servir entre pausa y pausa publicitaria.

Dejemos de lado películas alarmistas, conclusiones precipitadas y premios nobel mediáticos. Una cosa hay que tener clara: el comportamiento humano a partir de la revolución industrial de finales del S.XVIII han modificado los equilibrios naturales del planeta. Nuestro sistema de progreso como especie no es sostenible; es un simple concepto económico: necesidades ilimitadas y recursos limitados.

La sensación que hemos asimilado es la siguiente: emitimos gases a la atmósfera, calentamos el planeta. Pero, ¿cuáles son las causas del desequilibrio? ¿realmente estamos acelerando algún proceso irreversible de destrucción? ¿o de nuevo es una visión miope, el ser humano se cree más importante que las propias leyes naturales?

En próximos posts descubriremos qué leyes naturales equilibran la tierra, qué efectos puede tener la deforestación o la desaparición de especies animales o vegetales, qué intereses económicos se esconden tras el apocalipsis que nos anuncian, y otras muchas cosas. Aunque sólo será una triste aproximación, porque como ya dijo el filósofo y matemático René Descartes : "Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro"

Imagen satélite de la deforestación en la selva amazónica